Un lugar pequeño pero con mucha vida y sobre todo espíritu. Justo como me gustan. Pasear y caminar por todos lados, subir a las Torres de catedral y caminar hasta las alturas de otro templo. Cansado pero bueno.
Y debo dar las gracias a Luz, mi valerosa guía, por soportarme y acompañarme en todo el trayecto. Bien valió la pena el viaje.
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